Campo veneciano, colinas de Prosecco. El inspector Stucky (Giuseppe Battiston), protagonista de Mientras hay esperanza es prosecco, está llamado a investigar un aparente caso de suicidio: el del poderoso conde Desiderio Ancillotto, que se llevó la vida con un gesto teatral súbita. Stucky (medio persa, medio veneciano) recién ascendido, intenta torpemente llevar a cabo la investigación, aplastado por la inexperiencia y la carga de voluminosos problemas no resueltos.

Giulia tiene treinta años y no está casada. Ella tiene un buen trabajo que le permite viajar y llevar una vida de lujo en Milán y París. Está convencida de que tiene todo lo que necesita para la felicidad, pero después de conocer a Renzo, un encantador agricultor de Apulia, Giulia comprende que se está perdiendo lo más importante de su vida: el amor verdadero.

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